Los que no lo saben, en este microespacio suelo dar rienda suelta a una de mis pasiones, que es el cine. Pero suelo no hacerlo de forma cuadrada, medida y más de una vez fuera de objetivismos.
Y con “Network” (“Poder que mata” en Latinoamérica) no será la excepción. Acá suelo comentarles sobre aquel cine poco conocido, o poco popular –al menos en la actualidad –mejor dicho, como esta cinta de 1976, dirigida por el siempre interesante Sidney Lumet (“Tarde de perros”, “Antes que el diablo sepa que has muerto”).
Probablemente el nombre de la película, o inclusive el del propio timonel, no les suene mucho. Trata, en el macro, sobre todo lo que rodea el ambiente de la televisión, sumida en una pelea entre periodismo, sensacionalismo y finanzas, lo que se veía ya en los setenta y que cada año que pasa es más batalla perdida.
“Network” inicia con Howard Beale, quien es interpretado con maestría por Peter Finch en el que sería su último papel en la pantalla grande y que le valió un Oscar, el primero póstumo, ya que en la promoción de la película falleció a sus sesenta años de un ataque al corazón.
Beale es considerado como un “profeta loco” por los mandamases de la cadena UBS, en la cual trabaja, pero a la vez lo ven como una mina de oro, especialmente Diana, quien es interpretada por Faye Dunaway (aquella Bonnie inolvidable en “Bonnie y Clyde” del año 67).
Ella es soltera, histérica, adicta al trabajo, sin vida personal. Vive y muere para la cadena en la que trabaja. Una “hija de la televisión”, como le dice el mismo Max, personificado con maestría por el gran William Holden, quien falleció a principios de los ochenta.
Así, pueden ver a un reparto de estrellas, aunque actualmente no sean muy citados –salvo el gran Robert Duvall que encarna a un descorazonado gerente de la corporación dueña de la cadena –que convergen en una historia manejada con suma inteligencia por Lumet, con la crudeza y suciedad de sus personajes que, más allá que no demuestre prolijidad o perfección, sirve –tal vez inconscientemente –como propulsor de esta selva mediática donde lo más importante son los índices de audiencia. Matar por rating.
“Network” desnuda un mundo que todos conocemos, que todos aceptamos, y que más de una vez muchos defendemos. La televisión es tan parte de nuestra vida que en muchas ocasiones nos fusionamos con ella y la creemos más real que nosotros mismos. El “tubo” –como dice Beale –nos alimenta, nos da alegrías, paz.
Y eso es justamente lo que él –y la película –critica, utilizando una dramática sátira elaborada terriblemente bien por su guionista Paddy Chayefsky, otro punto a favor para el staff a cargo de “Network”.
Como indicaba, el único pero para los más exigentes y/o puristas es el manejo tosco de la historia y sus personajes con sus exageraciones y diálogos a veces más teatrales que cinematográficos. Pero he ahí el fuerte de esta sátira, el demostrar que todo se puede desmoronar, como una bomba de tiempo estallar en cualquier momento, en una metáfora, un símbolo que puede volverse peligrosamente palpable
“Network” ofrece lo que cada vez se ve menos en el cine. Una propuesta, una idea, una ejecución de dicha idea, una crítica y un resultado final que viaja entre la ficción casi absurda y la realidad más vendible para un canal de televisión. Una película que se hizo en el momento preciso, y que ahora inclusive podemos apreciar con aquel monstruo ya esparcido por todo el mundo.
Totalmente recomendable, y si les gusta hay otras de Lumet imperdibles.
Este es un clip de la película, el cual fue reeditado y mostrado en el documental Zeitgeist
Gran película. Buena crítica, llega a dar miedo lo "profética" que resultó ser esta cinta.
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